Día 52: El viaje hasta Santa Teresa
sábado 5 febrero 2011, por Ingrid Briggiler:
El miércoles temprano salí desde Quepos rumbo a Santa Teresa, un pueblito también costeño pero que queda bastante a tras mano, porque si bien no está tan lejos, está ubicado en la península de Nicoya y no hay muchas rutas que la conecten con el resto del país.
Me tomé un colectivo desde Quepos, llegué a Puntarenas, (acá me uní a un grupo de tres israelitas) me tomé un taxi, me tomé un ferry, me tomé un colectivo y me tomé otro colectivo para finalmente llegar a destino a las 7 de la noche después de viajar casi por doce horas. Fue un viaje largo porque hacía mucho calor y los colectivos no estás acondicionados. Además estar haciendo trasbordos de un lado a otro tampoco está bueno, pero cuando llegamos estábamos contentos porque por lo menos había lugar en el hostel que queríamos. Jajajaja.
Pero no vimos nada del lugar, porque ya era de noche cuando llegamos, por lo que al otro día sería una sorpresa al despertar. Me fui a dormir tranquila pero cansada, seguro el otro día sería un gran día de playa.
sábado 5 febrero 2011 a las 3:36 PM
Hola Ingrid,
he visto un poco de tu viaje por Colombia y tu navegación en velero por altamar, también de tu afición a la artesanía y me encanta el viaje que estas haciendo. Por lo que he visto eres una enamorada de la literatura de G. Marquez, por eso te mando un poema en prosa de Wilde relacionado con los artistas como vos. Espero que te guste.
Un día nació en su alma el deseo de modelar la estatua del «Placer que dura un instante». Y marchó por el mundo para buscar el bronce, pues sólo podía ver sus obras en bronce.
Pero el bronce del mundo entero había desaparecido y en ninguna parte de la tierra podía encontrarse, como no fuese el bronce de la estatua del «Dolor que se sufre toda la vida».
Y era él mismo con sus propias manos quien había modelado esa estatua, colocándola sobre la tumba del único ser que amó en su vida. Sobre la tumba del ser amado colocó aquella estatua que era su creación, para que fuese muestra del amor del hombre que no muere nunca y como símbolo del dolor del hombre, que se sufre toda la vida.
Y en el mundo entero no había más bronce que el de aquella estatua.
Entonces cogió la estatua que había creado, la colocó en un gran horno y la entregó al fuego.
Y con el bronce de la estatua del «Dolor que se sufre toda la vida» modeló la estatua del «Placer que dura un instante».
Buen Viaje
Hernán alias Peter Boat
martes 8 febrero 2011 a las 1:28 PM
estas re lindaaaa
bronceada
pelito largo
hermosa
🙂
martes 8 febrero 2011 a las 4:10 PM
Fiorella: Gracias amiga, sos un amor, me hace bien que me escribas, te re extraño. Besotes!!!