Día 7: Castillo de San Felipe
lunes 20 diciembre 2010, por Ingrid Briggiler:
Hoy me levanté, no muy temprano, y me fui para el Castillo de San Felipe, una de las construcciones de guerra más grandes del mundo entero. Y fue una buena elección haber ido porque me fascinó cada una de sus historias y su arquitectura.
Por suerte me llevé los anteojos de sol, una botella de agua, algo para comer y el gorro. Había un sol radiante y no hubiese aguatado las dos horas y media de recorrido si no tenía esa protección.
Como el castillo quedaba cerca de casa me fui caminando tranquila tomando una leche chocolate y comiendo un pan con “mantequilla” que me compré en la panadería de la vuelta. Estaba todo un poco tranquilo porque era domingo. Llegué en diez minutos y me impactó verlo tan grande y alto en la colina.
En la boletería pregunté si había descuento para estudiantes o para prensa y me dijeron que sí así que saqué la entrada que costaba 15.000 pesos colombianos en 7.000 por tener un pase de prensa y el audio guía a 8.000 por ser estudiante (costaba 10.000), así que me puse contenta. Jajaja.
Con la audio guía nos daban el mapa para seguir paso a paso todas las explicaciones y es importante tenerla para entender el castillo a la perfección. Hay 32 estaciones y todas tienen algo interesante que decir. De las fotos, cada una de ellas muestra algo especial del castillo pero no terminaría más si les cuento en detalle cada cosa.
Pero sí les puedo contar lo más importante: el castillo fue construido por los colonizadores españoles para proteger la ciudad del ataque de piratas y otros países, y lo hicieron de arriba para abajo contra toda lógica, aunque sí fueron muy ingeniosos en planificar su estructura ya que había varias “barreras de seguridad” que el enemigo tendría que pasar antes de llegar al corazón del castillo.
(El video es un adelanto de lo que leerán en el post, no se lo pierdan, es interesante y hay muchas fotos.)
Había diferentes sitios dentro del castillo que funcionaban en un conjunto tan exacto como las agujas del reloj. Pero lo más interesante para mí fueron los túneles que recorrían todo el interior del castillo y que desembocan fuera de él, lejos, por si el castillo era tomado por los enemigos.
El trabajo de los mineros que hicieron este castillo dicen que fue extraordinario, la obra completa se realizó en un año mientras que se acostumbraba a hacerse en cinco. En las fotos podrán ver que en las paredes de los túneles se abren unos cubículos, eran los llamados “nichos de muerte” que yo me imaginé en seguida que era un lugar para “guardar los muertos” pero eso no tendría ningún sentido, jajaja. La verdadera utilidad de estos espacios era descansar entre una batalla y otra porque eran “cómodos”, seguros, asépticos (por la cal de sus paredes) y porque estaban bien ventilados aunque su recorrido fuera extenso.
En la pared frontal del nicho se abría una ventanita más pequeña que era ahí donde se ponían las lámparas de aceite para iluminarlos. Me imagino lo oscuro que debe haber sido eso. Si hoy a mí me daba miedito meterme por ahí aunque había luces indicativas y todo, no me imagino cómo habrán sido en aquella época.
Y como ven en la imagen de acá al costado (se la saqué al mapa de audio guía por eso es tan fea) también servirían para atacar al enemigo en caso de que es castillo fuera tomado. Porque a simple vista parecen que son otro camino más que se abre y si uno se para en un punto eso parece un laberinto. ¡Nunca los iban a encontrar! Y tampoco iban a salir con vida de allí los atacantes porque los defensores se conocían a la perfección todos los recorridos y las posibles vías de escape.
En el túnel que ven en el video sí tuve más miedo, iba sola porque no me lo podía perder, pero los malos de la audio guía decían que por ahí no vayamos y que si íbamos que devolvamos la guía antes y que avisemos a la seguridad del castillo lo que íbamos a hacer. Más intriga me dio, además era lógico que estaban exagerando porque si de verdad hubiese sido peligroso, el camino estaría cerrado como otros sitios del castillo, así que me metí y empecé a bajar. Por suerte a mitad de camino escuché voces que estaban más abajo y me animé más, no sé si hubiese llegado hasta el final si iba sola. De casualidad tenía la linterna en la mochila y me sirvió, jajaja.
Bajé y bajé, (en el video se ve poco porque me quedé sin memoria para seguir el recorrido, pero estuvo muy bueno) y a medida que bajaba se iban humedeciendo las paredes. Eso que decía la guía de que los túneles terminaban en agua era verdad. Por las lluvias, el nivel del mar crece y los túneles más profundos se empiezan a llenar de agua.
Llegué al agua, no lo podía creer, más allá estaba todo oscuro, no se veía ni con la linterna, ahí estaba con una pareja de suecos que estaban viviendo en Medellín. Les dije si se animaban a caminar un poco por el agua, para ver qué había más allá pero me dijeron que no. Así que pegamos la vuelta después de que me sacaran algunas fotos y me esperaran, porque les pedí que no se vayan sin mí, jajaja.
Eso fue lo último de la audio guía y de todo el recorrido y lo mejor porque a uno lo hacían sentir bien con la aventura y terminaban de explicar un poco toda la historia política y social del castillo y la época.
Salí de esos túneles infinitos bañada en transpiración y cansada ya porque me había pasado todo el medio día al sol radiante yendo de un lado para el otro, subiendo rampas y bajando escaleras. Pero fue una experiencia inolvidable, muy fructífera, informativa y al mismo tiempo divertida (la guía recreaba momentos históricos con música y voces de distintos personajes, eso no lo había escuchado nunca en otras guías turísticas).
Por último, el otro punto que me llamó la atención del castillo fue su relación con la salud. Los enfermos de lepra no vivían dentro del castillo sino que los mandaban a un leprosario que quedaba en frente para que se mueran ahí de a poco. Los médicos no los atendían porque pensaban que era una manifestación del demonio, así que ahí los dejaban pero no los perdían de vista porque tres cañones del castillo apuntaban a ese centro de leprosos. El objetivo era que si algún contrincante llegaba al leprosario (casi no tenía seguridad) y quería liberar a los enfermos, los del castillo se encargarían de matarlos a todos antes destruyendo el sitio para evitar el contagio.
Adentro del castillo sí había un hospital con todas las letras, pero ningún soldado quería ir allí porque sabía que saldrían peor de lo que entraron porque los médicos de esa época se dedicaban a cortar miembros o a extraer el órgano enfermo para solucionar el problema. Pero por lo menos recibían una atención “digna” para ese tiempo.
Con algo que también jugaban los del castillo era con los mosquitos que había en esa zona, “nubes de mosquitos” (así dicen) atacaban a los piratas tanto como los defensores. Una estrategia de la defensa era esperar tranquilos hasta que los mosquitos maten a los hombres que estaban atacando porque transmitían enfermedades muy malignas y desconocidas para los europeos (ingleses y franceses). Eso funcionaba porque el castillo en sí ya era una fortaleza insondable por sus magnitudes. La guía dice que los soldados descansaban en los nichos de muerte mientras afuera los mosquitos hacían su trabajo.
Y ahora sí, para terminar con lo del castillo les cuento que tenía todo un sistema preparado de autodestrucción para casos extremos. Se irían destruyendo parte por parte si fuera tomado y un lugar clave para esto serían los nichos de muerte donde se colocarían miles de kilos de pólvora que volaría la colina entera en un santiamén.
Antes de todo eso, mientras caminaba hacia el castillo, hablé por teléfono a Jaime García Márquez y me dio una cita para mañana a las diez de la mañana en la Fundación de Nuevo Periodismo Iberoamericano, así que ese es mi plan para mañana. Tengo un poco de nervios, vamos a ver qué tal me va.
Espero les haya gustado la historia del Castillo de San Felipe de Cartagena de Indias. A la noche salí con mi amiga Luisa, pero eso se los contaré mañana. Hay muchas fotos para ver, que las disfruten.
lunes 20 diciembre 2010 a las 7:24 AM
me encantó este recorrido!!! muy buenos tus comentarios pero no te arriesgues tanto, si dicen que no podés pasar , no lo hagas. Besos
lunes 20 diciembre 2010 a las 6:00 PM
Muy buena la historia del castillo, digna de una película. Acá está el link de la Wikipedia, donde además se puede ver el mapa de túneles: http://es.wikipedia.org/wiki/Castillo_San_Felipe_de_Barajas
lunes 20 diciembre 2010 a las 11:07 PM
Hola! no te dio miedo ir caminando por ahi? Un besote enorme
lunes 20 diciembre 2010 a las 11:12 PM
Sofia: Hola Sofi, mi amor, sí me dio un poco de miedo, más bien bastante miedo, pero es linda la sensación de adrenalina. Y como en seguida que iba bajando escuché voces que estaban más abajo me quedé tranquila y seguí hasta encontrarme con esos chicos. Te gustó el video? Viste el otro que hice con mi amiga Luisa? Besitos mi amor! Te extraño, chau 🙂
lunes 27 diciembre 2010 a las 9:59 PM
ingrid!!!!!!!!!!!!!! es increible, lo que estas haciendo,felicitacioness
domingo 2 enero 2011 a las 4:53 PM
Jai, nunca creí que siguiendo a una extranjera en twitter alguna vez hablaran de mi ciudad, me alegra mucho que dentro de tu travesia por el caribe hayas arrimado por Cartagena (por otro lado, aunque muchos llamen a la edificación «castillo» en realidad es un «fuerte», en los castillos vive gente y el fuerte es una edificación para proteger la ciudad amurallada (donde estaba la gente))