Días 26 a 32: Velero a Panamá
sábado 15 enero 2011, por Ingrid Briggiler:
Demoré seis días de mi viaje para llegar a Panamá City desde Cartagena. Ahora les voy a contar lo más interesante de estos días que al principio fueron terribles por el movimiento del barco.
El 8 de enero (el día 26 de mi viaje) salimos desde el Club Náutico de Cartagena en el velero Maluco rumbo a Panamá. Salimos a las 12 del medio día y empezamos a sentirnos mareados a las 12.05, jajaja. Navegar en barcos tan pequeños no es fácil para aquellos que no están acostumbrados, pero como tomé Dramamine no vomité y pude soportar los primeros días de viaje lo mejor posible.
Estuvimos más de 36 horas sin ver tierra y navegando por mar abierto con un movimiento constante del velero que ni ganas de comer nos daba. De los seis pasajeros que éramos sólo dos vomitaron y estuvieron mal mucho tiempo, eran los chicos de Francia que están dando la vuelta al mundo en bicicleta y como perdieron su equilibrio interno para andar en otros vehículos, no pudieron resistir el viaje, pero sólo estos primeros días, después todo mejoró.
En el barco éramos 6 pasajeros y un capitán. Todos nos hicimos buenos amigos. Estaban estos dos chicos de Francia, Pierre y Laure, un chico de Alemania, Thomas, una pareja argentina Dina y Alejandro y yo. Todos re buena onda.
La primera noche fue terrible, tres de nosotros dormimos afuera porque no aguantábamos el calor y el movimiento de adentro del barco en los camarotes. Estábamos todos un poco mareados y nos sentíamos mal, aunque tanto como para vomitar. Pero era difícil comer, tomar agua, ir al baño, caminar, todo. Así que intentamos quedarnos quietitos la mayor cantidad de tiempo posible.
La siguiente noche (día 27 del viaje) teníamos pensado dormir ya anclados en frente de una isla, pero no llegamos porque era de noche y no se veían las islas y teníamos miedo de encallar, así que fue otra noche movidita. Pero al amanecer del día siguiente llegamos al paraíso. Desde el barco veíamos las islas que estaban cerquita y en media hora llegamos en frente de una para tirar el ancla.
Ahí todos pudimos relajarnos y empezar a disfrutar del paisaje. En seguida me tiré al agua y nos fuimos nadando a la isla con los dos chicos de Francia. Ahí fui al baño tranquila, nadé, vi pececitos de colores, agarramos un coco, caminamos y estabilizamos la panza.
Después Alejandro compró langosta y pescado y comimos eso a la noche. Muy rico. Mi parte laboral era sencilla, pero si me hubiese descompuesto más hubiese sido imposible ayudar en algo. Lo que tenía que hacer era poner las cosas del desayuno arriba de la mesa del barco, lavar los platos (en el mar), ordenarlos después en los estantes y no mucho más. Pero sí era importante que alguien lo haga y ese alguien era yo.
La tercer noche (día 28) dormimos anclados en esa primera isla que visitamos, los Callos Holandeses, y a la mañana temprano salimos para la siguiente isla, fueron cuatro horas más de navegación, pero más tranquilo por suerte y llegamos a un lugar más lindo todavía, los Callos Chichimé. Todas las islas pertenecen al archipiélago San Blas, lugar habitado por los indios Kuma. Ya les contaré más acerca de ellos, pero les adelanto que les enseñé a hacer los sombreros de palma de coco. Jajaja, fue muy lindo.
La cuarta noche (día 29) dormimos en esa isla anclados, había veleros de todo el mundo alrededor nuestro. Hubo tormenta esa noche así que tuve que entrar a dormir adentro y a la mañana siguiente (el quinto día de viaje) no pudimos salir temprano por el mal tiempo, pero si nos quedábamos teníamos que estar ahí cuatro días más a que pase el temporal, así que el capitán decidió zapar a las 10 de la mañana y llegamos a Puerto Lindo a pesar de las olas de casi cuatro metros de altura a las 4 de la tarde. Dormimos en ese pueblito todos los del barco, en un hostel re lindo, Wunderbar (día 31).
Al otro día (día 32) salimos rumbo a Colón, pero ya éramos cuatro. Los dos franceses siguieron su camino en bicicleta, y al rato quedamos solo dos, porque los dos argentinos se fueron para otro lado. Yo seguí con Thomas hasta Colón, ahí nos tomamos un tren ($22 dólares) hasta Panamá City cruzando de un océano al otro siguiendo el famoso canal de Panamá. Llegamos el viernes 14 de enero y nos hospedamos en el hostel Panamá by Luis donde todos tienen buena onda y la estamos pasando bien.
Y ahora empieza la historia en Panamá, así que eso se los contaré en otro post. Vean algunas de las fotos del viaje y pueden hacer todas las preguntas que quieran que se las contestaré en los comentarios. ¡Saludos a todos!
domingo 16 enero 2011 a las 12:52 PM
Estoy dia a dia leyendo tu blog me alegra mucho lo que estas
experimentando y ademas que lo disfrutes . Recien hoy lo engamche a uno que me enseñe como escribirte . Yo sigo en el caos de la construccion y aprovecho para tejer otro dia te mando mis modelos . Tene cuidado con los choros hay en todos lados Besossssss