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Día 72: Volando a casa
martes 22 febrero 2011, por Ingrid Briggiler:
Como cuando estaba en la puerta de lo de Gabo, esperando para entrar a verlo, ahora ya estoy lista para volar a casa. En unas horas sale mi vuelo de regreso para la Argentina.
Con mucha nostalgia y lágrimas en los ojos tengo que terminar este viaje que tantas alegrías me dio. Llevo en mi corazón a cada una de las personas que conocí y que fueron parte de mi vida en estos meses: mis queridos amigos y familiares de Latino América que con tanta generosidad me trataron, recibiéndome en sus casas como a un integrante más de la familia, llevándome a pasear como si yo fuera una visita única, preparándome las comidas más ricas de cada país y que me animé a probar.
Me vuelvo antes, pero más que satisfecha con los resultados del viaje. Cumplí todas mis metas, siempre con mucha ayuda, pero las cumplí y ahora puedo volver a casa tranquila.
Ya regresaré algún día a visitar a todos los amigos que hice en los diferentes países que conocí, pero lo que más quiero es que ellos (y ustedes) vayan para mí casa así yo puedo devolverles algo de todo el amor que me dieron.
Empezando por Colombia quiero saludar a mi amiga Luisa Santiaga, hermana del alma. Al señor Fernando Jaramillo por el cual yo conozco a Gabo. A María Angélica y a su madre Lourdes que me alojaron en su casa de Manga en Cartagena. Al señor Jaime García Márquez y a su sobrino David que se portaron más que bien conmigo compartiendo su mundo. A Leonardo Arias y su mujer Eli que también me llevaron a recorrer Santa Marta. A Diana, mi primera CouchSurfing que me recibió en su casa de Barranquilla. También a Rafael Darío y a Tim Buendía, los dos genios de Macondo.
En Panamá conocí a dos santafesinos y hoy les quiero agradecer una vez más por haberme ayudado llevándome cosas a casa: Max Grether y Facu Mudry. También hice unos buenos amigos: Danny y Ali de Estados Unidos, Robert de Alemania, Jess de Colombia y Guillermo panameño, los dos últimos compañeros de trabajo.
De Costa Rica quiero saludar a la familia entera de Pablo Avilés empezando por Mafe su mujer y sus tres hijos, y siguiendo por sus padres Julio y Flora, y su hermano Mauricio y la novia de este Suling. Fueron una familia para mí y me llevaron a conocer muchos lugares, se portaron muy bien conmigo y los quiero mucho.
Y para terminar en México quiero saludar con mucho amor a la familia Haro Martinez que me recibió en su casa como a una hija y donde me cuidaron a más no poder y donde también engordé unos kilitos por las ricas comiditas de doña Jose. Pero de igual manera y con el mismo amor le agradezco a Victor Esparza quien me contactó con esta familia, quien me escuchó siempre durante el viaje, quien me compró el pasaje y quien estuvo al pendiente de mí día y noche. Lo mismo para su novia y mi querida amiga Perla y sus amigos Tato y Ximena que siempre dispuestos me ayudaron en todo. Don Saul, doña Jose, Circe, Saul chico, Sami y Perla: Los voy a extrañar mucho, ustedes me dieron una familia y un hogar cuando más lo necesitaba y de eso nunca me voy a olvidar.
Por supuesto que también quiero agradecerle a doña Mercedes, la mujer de Gabo, que me abrió las puertas de su casa para que yo cumpliera mi sueño. Y a Gabito por supuesto, por ser él mismo cuando estuvo conmigo y siempre. También a Mónica, su secretaria.
A todos les digo que los voy a extrañar mucho y que siempre van a ser una parte de mí porque con ustedes crecí y viví la experiencia más valiosa y grande de mi vida que fue hacer este viaje al Caribe. ¡Gracias por haberme ayudado tanto!
Este es el último post desde un país extranjero pero ya vendrán muchos más cuando llegue a casa. ¡Buen viaje para todos!